Mediante Ordenanza N° 18.681, el Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredón otorgó el título “Ciudadano Ejemplar” al Dr. Martín Roubicek “en reconocimiento a su historia de vida y a su destacada trayectoria en el ejercicio de la medicina a nivel local, nacional e internacional”.
El acto se llevó a cabo en el recinto de sesiones, a instancias del concejal Santiago José Bonifatti (monobloque). Estuvieron presentes, además, familiares, amigos, vecinos y colegas del Dr. Roubicek. En primer término, se proyectó el video institucional “Historias de Abuelas. La identidad no se impone”, realizado por personal del Teatro Auditórium-Centro Provincial de las Artes. Luego, un breve fragmento de un video testimonial, resumiendo la vida del Dr. Roubicek y sus motivos para radicarse en la República Argentina. A continuación, Bonifatti dio la bienvenida, destacando al Dr. Roubicek “por su rol fundamental en la investigación y el ejercicio de la medicina, además de sus dotes de publicador científico, vecino destacado por sus valores humanos y respetado y querido colega por parte de la comunidad médica”. Roubicek agradeció el gesto institucional del Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredón, destacando: “Esta distinción, creo yo, es para todos los que nos rodearon: familiares, amigos y colegas. Si yo di algo, es porque antes lo recibí de los demás; varios de ellos están hoy acá. Gracias de corazón”.
Fundamentos del reconocimiento: El presente reconocimiento tiene por objeto destacar la ejemplar historia de vida y la trayectoria en el ejercicio de la medicina del Dr. Martín Roubicek. Martín Roubicek nació el 24 de abril de 1930 en Praga, aunque siempre se ha considerado nativo de Choceň. Su familia era propietaria de un molino y una fábrica de algodón en esa ciudad de Bohemia Oriental. Su padre era de ascendencia judía y su madre era católica. Después de la ocupación nazi, la familia cayó bajo las leyes de Núremberg, a pesar del hecho de que los niños fueron bautizados y la familia profesaba la fe evangélica. En septiembre de 1941, la Gestapo confiscó el molino y la villa, y la familia se vio obligada a mudarse a la cercana ciudad de Holice. Su abuela fue llevada directamente al campo de concentración y exterminio de Birkenau, donde posiblemente murió en 1943. A los 14 años, Martín fue trasladado al gueto de Terezin, en mayo de 1944. Vivió en Jugendheim, donde escapó a la ola de transportes a Auschwitz del mes de octubre. Después de eso, hizo trabajo agrícola hasta el final de la guerra como su tía Hönigová y sus dos primos. Su padre, Jan, protegido por su estado de matrimonio mixto, trabajó primero en Pardubice en un almacén de bienes confiscado por la Gestapo luego, fue colocado en el campo de trabajo forzado de Hagibor, Praga, para ser llevado, finalmente, al gueto de Terezin en febrero de 1945. Después de la Guerra, Martín pudo reunirse felizmente con sus padres y sus hermanos. La fábrica familiar fue incautada en 1945, en la primera ola de nacionalizaciones del gobierno de post guerra. Martín ingresó en el cuarto año de una escuela de gramática en Vysoké Mýto. Hasta 1948 su padre fue empleado público, pero después del golpe comunista, la familia decidió emigrar. Una invitación de sus familiares les permitió venir a la Argentina.